De la escasez a la abundancia: La mentalidad que cambia tu historia con las mujeres
Una carta cruda y transformadora sobre dos hombres: uno que ruega por amor, otro que elige desde su poder. Léela y cambia tu historia con las mujeres.
Hombre débil: "Nunca encontraré otra como ella."
Hombre fuerte: "Hay más bellas. Más leales. Más femeninas." Uno vive en escasez. El otro, en abundancia.
Dos hombres. Dos mentalidades. Dos destinos.
Hay hombres que se arrodillan ante una mujer que los deja, creyendo que jamás volverán a encontrar algo igual. Hombres que se repiten esa frase destructiva: “nunca encontraré otra como ella”… como si fuera una verdad sagrada. Como si el mundo se redujera a una sola persona que decidió no quedarse. Viven convencidos de que el amor es algo que se mendiga, que se suplica, que se retiene como sea. Y así, atrapados en esa visión limitada, lo pierden todo: su paz, su dignidad, su dirección.
Pero hay otros hombres… que piensan distinto.
Que cuando una mujer se va, no se derrumban: se reconstruyen. Que no se preguntan “¿cómo la recupero?”, sino “¿qué versión de mí tengo que enterrar para no volver a caer tan bajo?”. Hombres que entienden que el amor verdadero no necesita ruegos, que el respeto no se negocia y que su valor no se mide por quién se queda, sino por cómo se eligen a sí mismos cuando alguien se va.
Caballero, este escrito es para mostrarte esas dos formas de vivir.
La del hombre que lo dio todo por mujeres que no lo valoraron… y se quedó vacío.
Y la del hombre que aprendió a soltar, a priorizarse, a vivir desde la abundancia… y por eso, atrajo mucho más de lo que perdió.
Porque lo que separa a un hombre roto de un hombre respetado no es la suerte. No es el dinero. No es la apariencia. Es la mentalidad. Y si te quedas hasta el final, no solo vas a entender la diferencia entre escasez y abundancia… vas a tener en tus manos una lección real, transformadora, masculina, para dejar de ser el hombre que suplica… y convertirte en el que elige.
EL HOMBRE EN ESCASEZ — El que vivía rogando por amor y se perdía a sí mismo
Era un buen hombre. De esos que dan todo sin que se lo pidan. Que se esfuerzan más de la cuenta, que creen que si demuestran suficiente amor… serán amados de vuelta. Pero en su realidad, eso nunca pasaba. Cada vez que se interesaba por una mujer, ella lo usaba, lo ignoraba o simplemente lo dejaba en visto. Pero él insistía. Porque sentía que si no era con ella… no sería con nadie.
Su autoestima estaba tan destruida, que cada rechazo lo hacía sentir menos hombre. No entendía por qué, pero siempre terminaba en la friendzone, con mujeres que lo llamaban solo cuando necesitaban atención, favores o consuelo. Y él, en lugar de alejarse, se quedaba. Porque su mayor miedo era quedarse solo. Así pasaron años de su vida: corriendo detrás de mujeres que no lo respetaban, suplicando por cariño, aceptando relaciones mediocres por no ser capaz de terminar algo que claramente lo estaba destruyendo.
Incluso cuando le eran infiel, él perdonaba. Le temblaban las manos cuando ella decía “ya no sé si quiero estar contigo”, y en vez de retirarse con dignidad, se humillaba más: “dime qué hago… dame otra oportunidad”. Su valor como hombre se redujo a eso… a ser el que suplica, el que se queda, el que acepta cualquier cosa con tal de no quedarse solo.
Y mientras tanto, su vida se desmoronaba. Su físico se descuidaba, su salud mental empeoraba, su energía era baja, su disciplina estaba muerta. Dejaba pasar oportunidades laborales, abandonaba sus proyectos, posponía sus sueños… todo por estar pendiente de una mujer que ni siquiera lo elegía con claridad. Se convirtió en un hombre vacío, cuya única motivación era recibir atención femenina. El dolor lo anestesiaba, pero lo seguía eligiendo cada vez que ponía su necesidad por encima de su dignidad.
Ese hombre vivía en escasez. Escasez de autoestima, escasez de límites, escasez de propósito. Y no porque no fuera suficiente… Sino porque nunca se atrevió a actuar como si lo fuera.
EL HOMBRE EN ABUNDANCIA — El que eligió dejar de rogar… y empezó a atraer
Este hombre no nació fuerte. Nació con carencias, heridas y miedos como todos. Vivió una adolescencia marcada por rechazos, por intentos fallidos, por el constante dolor de sentirse invisible para las mujeres. Fue el mismo que alguna vez esperó horas un mensaje, que diseñaba estrategias para “caerle bien”, que toleraba faltas de respeto solo para no perder “su única oportunidad”. Cada vez que una mujer se alejaba, él sentía que su mundo colapsaba. Y cada vez que una lo ignoraba, se esforzaba el doble.
Durante años vivió atrapado en esa rueda de validación. Se arrastraba emocionalmente con la esperanza de ser suficiente algún día. Se vendía barato. Regalaba su atención. Se ponía al servicio de mujeres que no lo respetaban. Cada vez que le eran infiel, lo perdonaba. Cada vez que lo trataban con frialdad, buscaba excusas. Su mente no sabía distinguir entre amor y adicción emocional. Todo lo toleraba por no sentirse solo. Creía que estar sin una mujer era un castigo… cuando en realidad, era la puerta a su libertad.
Pero como ocurre con muchos hombres, un día tocó fondo. No fue un momento épico ni una frase reveladora. Fue una tarde cualquiera, en la que se miró al espejo… y no se reconoció. Estaba débil, apagado, abandonado. No solo había perdido mujeres. Se había perdido a sí mismo. Su cuerpo estaba deteriorado, sus proyectos olvidados, su energía destruida. Todo por intentar encajar. Todo por no tener los huevos de irse cuando debía. Todo por no haberse elegido nunca.
Ese día decidió algo brutal: nunca más se abandonaría por amor.
Y así comenzó el proceso. No uno de venganza, ni de odio hacia las mujeres. Sino uno de verdadera reconstrucción. De disciplina. De enfoque. De poner orden en su vida. Empezó a entrenar, no para verse bien, sino para recuperar su poder físico. Aprendió a comer, a dormir, a organizar sus días. Dejó de perseguir, y por primera vez, empezó a construirse. Cambió el tipo de contenido que consumía. Comenzó a leer, a aprender sobre relaciones sanas, límites, autoestima. El tipo de conversaciones que antes lo hundían… ahora las rechazaba con elegancia. Ya no era el mismo.
Y algo extraño ocurrió: mientras menos buscaba mujeres… más llegaban.
Pero lo mejor es que ya no le importaba. Esa atención femenina que antes mendigaba, ahora lo seguía. Pero él ya no estaba desesperado. Había comprendido algo que transformó su vida: el verdadero atractivo no está en ser guapo ni en hablar bonito. Está en la mentalidad de un hombre que no necesita gustar. Que no necesita complacer. Que no necesita competir. Que se basta a sí mismo. Y eso, esa mentidad de abundancia, es lo que más atrae.
Hoy, ese hombre tiene estándares. Puede disfrutar de la compañía femenina, pero no se deslumbra con una cara bonita. Ya no cae en juegos mentales, ni pierde tiempo en “ver si funciona”. Si no le aporta paz, no lo quiere. Si no hay respeto mutuo, no se queda. No hay drama, no hay necesidad. Solo claridad. Porque ahora elige desde la fuerza, no desde el vacío.
Y sí… ahora tiene una relación. Estable. Serena. Recíproca. Con una mujer que lo ama, pero también lo respeta. No porque ella sea perfecta, sino porque él ya no acepta menos. Él ya no se involucra con cualquiera. Ya no necesita sentirse deseado para sentirse suficiente. Hoy su foco es su propósito, su salud, su dinero, su familia. Su vida es simple, poderosa y llena de sentido.
¿La diferencia? Que ya no vive para ser elegido… Ahora es él quien elige.
LA GRAN ENSEÑANZA — Abundancia no es tener muchas… es no necesitar a ninguna
Muchos hombres confunden abundancia con tener muchas mujeres, con dormir con todas las que puedan, con presumir cuántas le responden historias o con cuántas chatean al mismo tiempo. Pero esa no es abundancia… es necesidad disimulada. Es hambre disfrazada de éxito. Es un vacío emocional que intenta llenarse con validación femenina constante. Detrás de cada conquista desesperada, sigue existiendo un niño herido buscando que lo aprueben.
La mentalidad de abundancia no se trata de cantidad. Se trata de claridad. De poder estar solo y tranquilo. De tener paz en el silencio. De no mendigar atención, ni cambiar tu personalidad para gustar. Un hombre con mentalidad de abundancia puede estar rodeado de mujeres… pero no se distrae. Puede disfrutar una conversación… pero no necesita conquistar. Puede tener una cita… pero también puede dejarla ir si no le aporta. ¿Por qué? Porque sabe quién es. Y eso no se negocia.
Ese hombre no juega con las emociones ajenas, pero tampoco permite que jueguen con la suya. No compite. No ruega. No forcejea. Él elige. Filtra. Observa. Y si una mujer no respeta sus valores, su visión, su paz… simplemente la deja pasar. Porque entiende que su energía no está en oferta. Que el amor verdadero nunca se suplica. Que estar con alguien debe sumar, no restar. Y que si necesita esforzarse demasiado para que alguien se quede… entonces ya perdió.
El verdadero poder no es gustarle a muchas. Es saber a quién decirle que no.
Un hombre con mentalidad de abundancia no necesita “ganar” a una mujer. Porque ya ganó el día que se eligió a sí mismo. El día que dejó de justificar faltas de respeto. El día que entendió que no todo lo bonito es bueno, ni todo lo intenso es sano. Ese día, empezó su verdadera transformación.
Y lo más hermoso… es que cualquier hombre puede llegar ahí. Solo necesita tomar una decisión:
Dejar de actuar desde la escasez. Y empezar a vivir desde la elección.
IMAGINA UNA VIDA ASÍ… — Donde tú eliges, no desde la necesidad, sino desde el poder
Imagina levantarte cada mañana sin esa ansiedad por ver si te respondió. Sin revisar su última conexión, sin buscar excusas para escribirle. Solo tú, tu café, tu paz. Porque ya no estás pendiente de si te quiere… estás ocupado queriéndote tú.
Imagina caminar por la calle sin tener que impresionar, sin fingir nada, sin rogar atención. Las miradas llegan solas. Pero tú no te distraes. Porque tu enfoque está claro: estás construyendo tu cuerpo, tu negocio, tu propósito. Estás creando una vida que te emociona tanto, que cualquier mujer que no lo valore… simplemente queda fuera.
Imagina ver un mensaje sin responder y no sentir dolor. Ver que se fue… y no quebrarte. Ver que alguien más esta con tu ex… y darte igual. Porque ahora entiendes que el verdadero amor no duele, no confunde, no se escapa. Que cuando tú cambias, también cambia lo que atraes.
Imagina estar con una mujer que te respeta, te admira y te ama sin necesidad de convencerla. Una mujer que te eligió porque tú también te elegiste. Y lo mejor de todo: tú la elegiste con conciencia, no por soledad, no por necesidad, no por vacío… sino porque encaja con la vida poderosa que ahora estás construyendo.
No necesitas ser millonario, ni el más guapo, ni el mejor conversador. Solo necesitas trabajar tu mentalidad. Y eso… está en tus manos hoy.
LA GUÍA QUE TE VA A SACAR DE LA MENTALIDAD DE ESCASEZ
Tú no naciste para estar rogando amor, compitiendo por atención, ni mendingando cariño a una mujer que no sabe valorarte. Pero para salir de ese ciclo, no basta con desahogarte… necesitas reconstruirte. Y por eso escribí mi libro: ‘Mentalidad de abundancia con las mujeres’
Porque yo también fui ese hombre que lo daba todo, que aguantaba faltas de respeto, que confundía necesidad con amor. Hasta que aprendí una verdad brutal: una mentalidad débil siempre te hará vivir por debajo de tu potencial… incluso en el amor.
Este libro no es teoría bonita. Es una guía cruda de 311 paginas, directa, con principios reales que aplicas desde el primer capítulo. No importa si acabas de salir de una relación, si estás sintiéndote rechazado, o si simplemente sabes que podrías estar viviendo una vida mucho más poderosa.
Con este libro aprenderás a:
Reconstruir tu poder masculino después de una pérdida o rechazo.
Pasar de una vida de escasez en las relaciones y vivir una de abundancia.
Dejar de actuar desde la desesperación y empezar a elegir desde la paz.
Entender por qué algunas mujeres te ignoran… y cómo atraer relaciones de verdad.
Aprender a soltar con dignidad, sin drama, sin necesidad.
Volver a ser un hombre enfocado, deseado, respetado.
Y si crees que esto es solo promesa vacía… déjame decirte algo:
Más de 4300 caballeros han leído mis libros y han cambiado su historia, por ejemplo:
Tú puedes ser el próximo. ¿Qué estás esperando? Adquiérelo ahora y empieza tu transformación hoy:
NO NACISTE PARA ROGAR
Caballero, hoy en este escrito lo entendiste.
No necesitas ser el más atractivo, ni el más rico, ni el más conversador… Lo que necesitas es dejar de actuar como un hombre escaso. Como ese que compite, que se esfuerza por llamar la atención, que mide su valor por la respuesta de una mujer.
Lo que te compartí hoy no es una historia ajena. Es la vida de miles de hombres que han vivido atrapados entre la necesidad y el miedo a estar solos. Pero también es la prueba de que existe otra forma de vivir: una vida donde no ruegas, eliges. Donde no suplicas amor, lo filtras. Donde no mendigas cariño, lo atraes con tu presencia.
Una vida donde tú decides a quién entregas tu energía, porque ahora tu energía tiene valor. Y ese valor… no te lo dio ella. Te lo diste tú al reconstruirte.
Esto no es motivación de redes. Es una realidad posible. Pero solo si estás dispuesto a dejar de mirar hacia afuera y empezar a reconstruirte desde adentro.
Así que hasta aquí llega el escrito de hoy.
Pero antes de despedirme, quiero decirte algo importante: Gracias. Gracias por llegar hasta el final. Gracias por darte este espacio para crecer. Gracias por ser parte de esta comunidad que no deja de expandirse… hombres que eligen dejar atrás la escasez y construir una vida con propósito, respeto y poder masculino. Y sobre todo, gracias a ti mismo. Por tener el coraje de cuestionarte, de mejorar, de romper patrones. Por no rendirte.
Nos vemos el miércoles 23 de julio, con un nuevo mensaje brutal que seguirá cambiando tu mentalidad. Y si este escrito tocó algo dentro de ti… Entonces no dejes esto en palabras. Da el paso presionando aquí. Tu transformación comienza cuando eliges vivir con mentalidad de abundancia. Tu momento es ahora.
Con respeto, tu hermano.
— Brandon Sanchez
PD 2: Si este mensaje te tocó el alma, si te ayudó a verte con más claridad… presiona el corazón 👇, también comenta qué tema o caso quisieras que aborde en el próximo escrito y compártelo con otro hermano que necesita despertar.
Brandon, quería hacerte una consulta el libro tú no lo tienes en formato de audiolibro